El efecto saludable de los compuestos bioactivos, ¿qué estamos haciendo en Europa?

Conseguir mejores formulaciones de alimentos enriquecidos con un impacto positivo para la salud demostrado científicamente en consumidores supone un reto y también una responsabilidad para la industria alimentaria. Entre las dificultades: desde la elección del ingrediente o el compuesto bioactivo a incorporar, el modo de integrarlo al alimento, cómo validar su funcionalidad… La normativa es muy clara, según el Reglamento europeo sobre la declaración de propiedades saludables (Reglamento (CE) 1924/2006 y 353/2008). Ésta obliga a las empresas a evidenciar la funcionalidad que se afirma como reclamo en el producto, basada fundamentalmente en la demostración científica.

Hace algunas semanas tuvo lugar en AINIA la primera reunión anual de proyecto Pathway-27, un proyecto en el que 25 socios europeos estamos trabajando intensamente para entender mejor los beneficios y mecanismos de acción de los compuestos bioactivos y su impacto en la salud humana.  En el proyecto estamos estudiando concretamente el efecto sobre la salud de tres compuestos bioactivos en pan, lácteos y huevos, extrapolable también a otros productos.

Aprovechando la ocasión de contar con los miembros del consorcio en nuestro centro, quisimos preguntar a algunos de los investigadores participantes los avances, resultados y estrategias de la investigación. La Dra. Alessandra Bordoni, coordinadora del proyecto y experta en nutrición humana en la Universidad de Bolonia (Unibo), recalca la necesidad actual de aportar mayor información acerca del uso de los bioactivos y su efecto preventivo en las enfermedades humanas, dado que en la actualidad hay resultados conflictivos.

En el siguiente vídeo el Dr. Luigi Ricchardiello especialista en ensayo clínicos y líder de la parte del trabajo de ensayo piloto que está trabajando en estudios de intervención humana también de la Universidad de Bolonia (Unibo), explica la necesidad de observar dos estudios de intervención para poder seleccionar el mejor alimento enriquecido y así demostrar que éstos pueden prevenir el síndrome metabólico teniendo en cuenta los requerimientos de la EFSA.

También le preguntamos al Dr. Didier DuPont experto en productos lácteos y con base de huevo, y digestión gastrointestinal. Pertenece al organismo francés Instituto de investigación Agronómica (INRA) y es líder de la parte del trabajo relacionada con el diseño, formulación y análisis de los alimentos enriquecidos en compuestos bioactivos. DuPont nos resalta la dificultad de incorporar los compuestos bioactivos en los alimentos y la necesidad de aplicar un proceso que no afecte a la estructura de los alimentos ni a los propios bioactivos, sin perjuicio del sabor o el aroma entre otras características organolépticas.

Mejorar nuestra calidad de vida, reto para el 2020

Los estudios de tendencia y prospectiva confirman lo que vemos cada día: el incremento de la esperanza de vida, hábitos alimentarios menos  saludables, la falta de ejercicio y en general el cambio de estilo de vida hacen que seamos más propensos a una serie de enfermedades.

Entre ellas se encuentra el síndrome metabólico, nombre que se le atribuye a un grupo de desórdenes metabólicos que se relacionan con niveles alterados de grasa, glucosa, y presión arterial y que son factores de riesgo para padecer problemas de salud como el infarto, la diabetes tipo 2, la enfermedad de arteria coronaria…

De ahí el reto de materializar iniciativas y proyectos para prevenir y mejorar nuestra calidad de vida. Así se interpreta en el nuevo programa de investigación europea Horizonte 2020 (H2020) que recoge el testigo de programas anteriores, en los que se han desarrollando y se están ejecutando proyectos bajo este enfoque.

Pathway-27 es precisamente una iniciativa que trata de aportar soluciones a esta situación trabajando en la aplicación de compuestos bioactivos como ingredientes de alimentos que, dentro de la dieta común, podrían tener un beneficio significativo en la salud y el bienestar de las personas. Utiliza tres compuestos como ingredientes modelos (ácido docosahexaenoico –DHA-, beta-glucanos –BG- y antocianinas –AC-) y para su aplicación tres matrices alimentarias modelo, productos de panificación, lácteos y a base de huevo, comunes en la dieta europea.  Las conclusiones que se obtengan serán de utilidad y de aplicación directa para las empresas alimentarias y extrapolables a otros productos alimenticios.

Así pues, Pathway- 27, como proyecto que se enmarca en el Séptimo Programa Marco (FP7) tiene dos objetivos, uno tecnológico y otro científico. Como objetivo tecnológico la obtención de formulaciones de alimentos mejoradas que permitan el desarrollo de alimentos enriquecidos en compuestos bioactivos (BEF “bioactive-enriched foods”) con un impacto sobre la salud demostrado científicamente. Como objetivo científico la mejora de la comprensión de los beneficios potenciales y el mecanismo de acción de los compuestos bioactivos seleccionados (DHA, BG y AC), considerados como ingredientes de los BEF de Pathway-27, en la prevención del Síndrome Metabólico.