El Reglamento (CE) n.º 396/2005, que establece los límites máximos de residuos (LMR) de plaguicidas en alimentos y piensos de origen vegetal y animal, se encuentra en el punto de mira para una revisión necesaria. La Comisión Europea ha lanzado una iniciativa que busca alinear los estándares de producción exigidos a los productos importados con los aplicados dentro de la Unión Europea, especialmente en lo relativo a los residuos de pesticidas.
La propuesta ha recibido el respaldo de varios Estados miembros —entre ellos Bulgaria, Croacia, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Luxemburgo, Rumanía y España— con el apoyo adicional de Austria. El objetivo común es garantizar una mayor coherencia normativa que responda tanto a las demandas sociales como a las necesidades del sector agrícola europeo.
Una visión alineada con la sostenibilidad y la salud pública
En el marco de su Visión para la Agricultura y la Alimentación, la Comisión Europea prevé realizar en 2025 una evaluación de impacto que respalde un futuro cambio normativo. Esta evaluación se centrará en la alineación de las normas de producción aplicadas a productos importados, especialmente en lo que respecta a pesticidas prohibidos en la UE. Se trata de dar respuesta a las crecientes preocupaciones sociales sobre el bienestar animal y la protección del medio ambiente.
La Comisión Europea establecerá el principio de que los pesticidas más peligrosos, prohibidos en la UE por razones de salud o medioambientales, no puedan reingresar al mercado europeo a través de productos importados.
Coherencia normativa: una demanda del sector agrícola
Además de atender las inquietudes sociales, esta iniciativa responde a una demanda histórica del sector agrícola europeo: garantizar que los productos importados cumplan con los mismos estándares que los producidos en la UE. Esto implica revisar los LMR de sustancias activas no aprobadas, con el objetivo de reducirlos sistemáticamente al límite de detección cuando existan riesgos para la salud humana o el medio ambiente.
Actualmente, el Reglamento (CE) n.º 396/2005 se basa en un enfoque de evaluación del riesgo, mientras que el Reglamento (CE) n.º 1107/2009, que regula la comercialización de productos fitosanitarios, se fundamenta en un enfoque basado en el peligro. Esta discrepancia ha generado incoherencias que permiten la entrada de productos tratados con pesticidas prohibidos en la UE, lo que socava la credibilidad del sistema regulador.
Hacia una revisión ambiciosa y urgente
Los países indicados anteriormente hacen énfasis en la necesidad de la revisión del Reglamento (CE) n.º 396/2005 para alinearlo con los principios del Reglamento (CE) n.º 1107/2009. Proponen como principio general la reducción sistemática de los LMR al límite de detección para aquellas sustancias activas que ya no estén aprobadas en la UE, ya sea por criterios de exclusión o por la falta de actualización de sus expedientes toxicológicos.
Asimismo, instan a la Comisión Europea a presentar antes de finales de 2025 una propuesta ambiciosa de revisión normativa. Esta actualización no solo reforzará la protección de la salud pública y del medio ambiente, sino que también contribuirá a una competencia más justa en el mercado interior.
Sensibilización internacional y compatibilidad con la OMC
Finalmente, será clave acompañar esta revisión con acciones de sensibilización dirigidas a terceros países, explicando los fundamentos sanitarios y medioambientales de la nueva normativa, así como su compatibilidad con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
La futura revisión del Reglamento (CE) n.º 396/2005 representa una oportunidad para reforzar la coherencia normativa, proteger la salud de los consumidores y garantizar una competencia equitativa en el sector agroalimentario europeo.