Según datos de la Organización Internacional de la Viña y el Vino, España, con 1,032 millones de hectáreas destinadas al cultivo de la vid, es el país con mayor extensión de viñedo del mundo. Esta cifra representa un 30% de la superficie total de la UE y un 13,8 % del total mundial. Además, España es el segundo país del mundo en volumen de exportación, con 2.230,9 millones de litros de vino por valor de 2.240,6 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 26,3% en volumen y del 16,7% en valor respecto al año anterior. Ambas cifras suponen un récord histórico en ventas, superando nuestro país los 22 millones de hectolitros por primera vez en su historia.
Aunque España es el país con mayor superficie de viñedos del mundo, en realidad ocupa el tercer lugar en cuanto a producción de vinos y, por tanto, los cultivos tienen un menor rendimiento. Además, el precio medio del litro de vino de denominación de origen envasado en exportación es de 2,96 € mientras que el de vino a granel sin denominación y envasado es de 0,87. Por tanto, el potencial del mercado español es enorme si se consigue aumentar la productividad y transformar una parte de los vinos de mesa en vinos de calidad.
Aumentar la producción, una necesidad
Para aumentar la producción sin que se deteriore la calidad, es necesario optimizar los tratamientos y aportes de nutrientes a las viñas y mejorar los sistemas de control de calidad en campo y en bodega. Las nuevas tecnologías pueden ser una herramienta de gran ayuda en los procesos de gestión y control, tanto en viñedos como en bodega.
Optimizando los tratamientos y aportes de nutrientes, se puede conseguir un mejor rendimiento sin que ello suponga un detrimento de la calidad. Además, evaluando los viñedos para realizar una vendimia selectiva en función de la calidad de la uva puede contribuir a mejorar el rendimiento económico al separar las elaboraciones según la calidad del vino a obtener.
Algunas bodegas pioneras están aplicando técnicas de agricultura de precisión y nuevas tecnologías para evaluar la evolución de los viñedos, la maduración de la uva y para realizar el seguimiento de la calidad del vino durante su elaboración.
Soluciones en el desarrollo de sistemas para aumentar el rendimiento
Desde ainia, llevamos desarrollando diversos proyectos de investigación y desarrollo de nuevas tecnologías para evaluar la calidad tanto en campo como en bodega. Entre los proyectos y servicios que se desarrollan para el sector cabe resaltar la aplicación de sistemas de inspección terrestres o aéreos de viñedos, el desarrollo de sensores para el control de calidad de la uva en campo, la aplicación de instrumentación para el control de la fase líquida y volátil del vino, los métodos analíticos de referencia y los estudios de consumidores.
También hemos trabajado en proyectos tanto en el marco europeo como en el ámbito estatal para abordar las necesidades específicas de las bodegas y trabajar en el desarrollo de sistemas, productos y servicios capaces de contribuir en el aumento del rendimiento , la reducción de costes de producción y la mejora de la calidad del vino.