SATISPHACTION: Upcycling PHAs to innovative materials for fully sustainable food packaging

El proyecto SATISPHACTION fue concedido en 2025 con un presupuesto de 3,7 millones de euros en la altamente competitiva convocatoria de EIC  PATHFINDER CHALLENGE «Nature inspired alternatives for food packaging and films for agriculture», financiado por la Comisión Europea a través del European Innovation Council (EIC) y SMEs Executive Agency (EISMEA).

Los plásticos convencionales representan uno de los principales retos medioambientales actuales debido a su dependencia de recursos fósiles y a los problemas derivados de la contaminación por microplásticos de los ecosistemas terrestres y marinos. En este contexto, los PHAs (polihidroxialcanoatos) surgen como una alternativa prometedora ya que se trata de biopolímeros producidos de forma natural por bacterias, aptos para el contacto alimentario y completamente biodegradables, incluso en el medio marino.  No obstante,  su alto coste de producción y limitada procesabilidad restringen el uso generalizado.

Sin embargo, su presencia en el mercado se ve lastrada por el elevado coste y las propiedades finales de los polímeros obtenidos mediante los actuales métodos de producción. La dificultad de obtener plásticos para el envasado alimentario a partir únicamente de PHA hace que finalmente tenga que combinarse con aditivos u otros bioplásticos como el PLA, PBS o PBAT, perdiendo su biodegradabilidad y limitando su posterior reciclado.

Para abordar estas limitaciones, el proyecto SATISPHACTION persigue el desarrollo de procesos innovadores de reciclaje químico y biótico. El proyecto se apoyará en el uso de la química computacional e IA para obtener polímeros de PHA con propiedades mejoradas, lo que llevará a formulaciones plásticas menos dependientes de la aditivación y la combinación con otros polímeros para cumplir con los requisitos de procesabilidad. Además, el proyecto explorará la integración de enzimas termoestables estables para una autodegradación acelerada. Estos desarrollos se validarán mediante la elaboración de tres prototipos de envasee alimentario: Bandejas termoformadas, sobres termosellables flexibles y bioadhesivos para etiquetas. Este nuevo enfoque de upcycling ofrecerá envases de plástico PHA económicamente viables y totalmente biodegradables.

SATISPHACTION es un proyecto de 4 años de duración coordinado por AINIA en el que participan 9 socios de 5 países europeos diferentes: Francia, Reino Unido, Bélgica, Portugal y España. El consorcio combina la excelencia científica y técnica proporcionados por las universidades y los centros de I+D (AINIA, el Centro de Investigación Biológica Margarita Salas CIB-CSIC, la NOVA id, el King’s College de Londres y NAITEC) con el soporte de empresas innovadoras en el sector  plástico (Natureplast y Polykey), expertos en certificación de sostenibilidad (Normec OWS) y representantes de la industria del envasado (Packaging Cluster).

Las capacidades que se desarrollaran en el proyecto incluyen:

• Upcycling químico y enzimático de biopolímeros
• Reciclaje de biopolímeros mediante células vivas
• Ingeniería de cepas para la fermentación microbiana
• Descubrimiento de polímeros asistido por IA
• Polimerización organocatalítica de PHAs
• Formulaciones con enzimas termoestables para una biodegradación acelerada
• Formulación de bioadhesivos y bioplásticos
• Aplicación de la metodología ‘Safe and Sustainable by Design’ al envasado alimentario
• Análisis de biodegradabilidad en ecosistemas simulados (medio marino, agua dulce y suelo)
• Análisis de ciclo de vida desde las perspectivas medioambiental, económica y social
• Cumplimiento de la normativa alimentaria

El proyecto que empezó el 1 de octubre de 2025 tendrá un impacto en el sector de producción de bioplásticos con alternativas circulares y rentables a los plásticos de carbono fósil, reduciendo la dependencia de fuentes no renovables y reforzando la competitividad de la industria europea. Los resultados contribuirán a reducir las emisiones de carbono, prevenir la generación de microplásticos y evitar la presencia de sustancias químicas preocupantes, como los alteradores endocrinos, en la cadena alimentaria.