“2009 – 2014: Los años en los que todo cambió”. Así titula el Observatorio Cetelem Consumo el último informe en el que analiza los hábito de consumo de los europeos desde el año 2009 hasta el pasado 2014 con la intención de poner en perspectiva y comprender la evolución de los mismos. Para obtener sus conclusiones el Observatorio realizó encuestas online a 8.719 ciudadanos de 12 países europeos Alemania, Bélgica, España, Francia, Italia, Portugal, Reino Unido, Hungría, Polonia, República Checa, Eslovaquia y Rumanía.
Este informe indica como la percepción de los europeos con respecto a la situación económica mejora y nos mostramos más confiados en el futuro. No obstante, el paro y el moderado crecimiento desigual suponen puntos negros en el optimismo hacia la recuperación. Los años de crisis económica han dejado una profunda huella en el poder adquisitivo de los europeos y esto trae consecuencias para nuestros hábitos de consumo. Estas son las principales conclusiones del estudio.
Pensamos ahorrar menos y consumir algo más
Por segundo año consecutivo, las intenciones generales de ahorro de los europeos retroceden y en algunos países se mantienen estable. El aumento de los gastos prima sobre la intención de ahorro en nueve de los 12 países analizados, entre ellos España.
Nuevas formas de consumo
El 60% de los europeos y el 61% de los españoles, piensa que su forma de comprar se ha visto modificada en los últimos 5 años. De hecho, el 56 % de los europeos admite haber reducido el número de compras impulsivas, siendo aún mayor el porcentaje de personas que declaran haber reducido el número de este tipo de compras en nuestro país el 69%.
Las compras por internet están a la cabeza de nuevas prácticas de consumo, en el que sólo el 15% de europeos dicen no realizar compras de productos nuevos en internet. Por el contrario el 73% de los europeos utiliza Internet y las tecnologías móviles para realizar sus compras. Los resultados de la encuesta en nuestro país reflejan idénticos resultados.
Vigilancia creciente sobre el precio así como la procedencia y composición de los productos. Esta opción se encuentra en la tercera posición de los cambios en la formas de consumo e implica un aumento del interés del consumidor por los productos con etiquetas “libres de” que indica una marcada tendencia hacia lo natural, sobre todo en productos alimenticios. Por otro lado, el consumidor europeo empieza a entender como un componente de la calidad de los productos, la relación de éstos y el impacto medioambiental que producen.
En definitiva, los hábitos de consumo condicionan:
– la elección de los productos (tipo de producto)
– la forma en la que se adquieren (tendencia al e-commerce)
– preocupación por el precio y la relación calidad-precio
– el proceso toma de decisión: la compra inteligente
Si bien es cierto que el estado de ánimo el consumo se ha reactivado y que hay un ligero aumento de la confianza, es necesario considerar que 2 de cada 3 consumidores españoles tienen un poder adquisitivo inferior que hace 5 años. El consumo es hoy también un sinónimo de placer.
Para conocer y adaptarse a todos estos cambios, AINIA, a través de AINIA Consumer, su centro de estudios del comportamiento del consumidor, plantea una amplia gama herramientas que ayudan a conocer al consumidor, sus gustos y percepciones para adaptar los productos a las necesidades particulares del mercado y a las nuevas formas de consumo.